Esta chica es un demonio

Lo tenía que confesar, no tengo una hija, tengo un pequeño diablillo al que no se le ocurre nada bueno. Haciendo mío el título de la mítica película "Este chico es un demonio" hoy os contaré algunas de las trastadas más sonadas de mi hija en tan solo 17 meses.


Partamos de la base de que mi niña comenzó a andar desde muy temprano y que es muy alta, como su papá, así que poco a poco ha podido ir llegando a todos lados de la casa. Creo recordar que su primer gran destrozo fue un móvil de mamá que usó como baqueta para aporrear una bombona de butano. Ya os podréis imaginar en qué estado quedó el teléfono y la gracia que le estaba haciendo a ella reventar el terminal. A este se ha sumado un móvil más, que si bien se le cayó a mamá partiéndose algo de la pantalla, ella se encargó de darle la puntilla. Cuando se harta de ver algo pues se le ocurre tirar el teléfono y a tomar por culo todo, ella es así, independiente. 

Otro de sus grandes destrozos ha sido el Ipad de mamá, una gracia desde luego. Pese a tener funda las constantes caídas fueron haciendo mella en la pantalla del dispositivo IOS, que tenía mucho tiempo y se conservaba como el primer día. Finalmente, el último golpe ha desencajado la zona del cargador por lo que ya no carga y nunca más funcionó. La buena de su abuela materna le ha dado el capricho a la nena y le ha comprado otra Tablet la cual habrá que proteger con nuestra vida para que no vuelva a hacer un desavío. Íbamos buscándole la Tablet del Clan pero se ve que ya no la venden así que hemos optado por una normal y comprarle una de estas fundas especiales para niños de este tipo que se adaptan a cualquier medida y tiene bien protegida la pantalla por unos bordes gruesos.

La cosa no queda ahí y es que hay que estar constantemente diciendo Valeria deja eso, Valeria deja lo otro y es una niña que te escucha, te entiende pero no te hace ni puñetero caso. Si le dices: "Valeria quita las manos de la televisión" ella se gira, te mira, sonríe y sigue tocando la televisión de manera desafiante, como si fuese una gracia. Y lo seguirá haciendo hasta que le de a ella la gana porque es así, la más chula del barrio. Desde meter los dedos en el ventilador, tirarnos todo lo que pilla al W.C., partirme los cigarros, montarse en la mesa y taconear... En fin es un auténtico caso.

Me encantaría ver a esas personas tan perfectas que dicen que no les gritan a sus hijos con una como la mía, una a la que sino le gritas no para, aunque luego cuando se echa a llorar le dices: "cariño es que eso no se hace, es que hay que gritarte para que pares, venga dame un besito" y ahí se acaba todo. No le gritas con maldad, le gritas cuando te ves que la pequeña gamberra no está viendo el peligro y al final va a salir amoratada por sus trastadas. Me los imagino muy calmados en todas las situaciones de su vida con sus hijos, diciéndoles en un susurro: "Mario Antonio mi vida, deja de patearle la cabeza a tu hermano corazón, eso no se hace" o "María Fernanda guapa, bájate del sofá que puedes caer y tener un traumatismo craneoencefálico y vamos a tener que acabar en urgencias". Yo se lo digo bien una vez, dos a la que hace tres y me la veo que al final se va a caer del sofá acabo pegándole un berrido que se sienta si o sí. ¿Soy el demonio? Seguramente, debería de estar preso y capado para no tener más descendencia.

En fin, que yo era muy calmado de pequeño, no daba ruido ninguno pero mi mujer si era otro demonio, así que está claro a quién ha salido la niña. Criar a una niña que no se está quieta con voz pausada y calmada es muy difícil y el que sea perfecto para nunca alzar la voz a sus hijos le doy mi enhorabuena, pero no se lo cree ni su madre. He dicho.

Comentarios

  1. Esta es la realidad de muchas familias, quien quiera venir a juzgar que piense primero en que clase de ejemplo dan a sus hijos yendo a meterse con otros adultos por como crían a los suyos.

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