¿Sanidad Pública o Privada?

En muchas ocasiones tenemos la duda de qué puede ser mejor para nuestros pequeños, si optar por la sanidad pública o, por el contrario, guiarnos por una privada. La verdad que desde que nuestra hija es pequeña solo ha acudido a dos médicos privados, el resto de veces que ha estado enferma ha ido por la Seguridad Social. Lo cierto es que en ambos casos hemos tenido experiencias buenas y malas y os hablaré de ello en el post de hoy.


Mi hija lleva mucho tiempo con mucha tos, una tos que no le hemos conseguido quitar con absolutamente nada y que siempre se achaca a los mocos. Cuando era aún pequeña, acudimos a un médico de pago en la capital y la verdad que el resultado fue excelente. Me encantan esas clínicas a las que vas y solo hay un médico y no está para nada masificada de personas. Es una de las personas que con más delicadeza nos trató a la niña y se le notaba pasión por su trabajo y que lo hacía con muy buena gana.

Con su pediatra de cabecera nunca habíamos tenido problemas, con la primera que nos asignaron sí, ya que casi te atendía desde la puerta y sin mirarte. No nos gustaron nada sus formas y pedimos el cambio a la que tiene actualmente. Con ella siempre bien, es muy atenta pero quizás no tiene el tiempo necesario para implicarse con cada niño. Como a principios de mes la llevamos por el tema de la tos y nos dijo que eran mocos y que la niña iba a estar así mientras no le salieran todos los dientes. Al día siguiente la pequeña estaba que no se podía casi ni mover, asfixiada y hubo que salir corriendo con ella al hospital. El diagnóstico final fue bronquitis aguda y aquí si le mandaron un jarabe que es lo único con lo que se le quita un poco la tos.

Pasemos al segundo gran problema de mi hija, la alergia al huevo. Lo descubrimos cuando a mi hija empezaba a llenarse la boca de parches rojos al contacto con la mahonesa, a lo que le seguían diarreas totalmente líquidas. La pediatra le mando un análisis de sangre el cual mandaron al hospital y efectivamente salió positivo. Mi hija es alérgica a una proteína del huevo que muere con el calor, por lo que un huevo bien cocido si lo puede comer, o un bizcocho, pero mahonesas, merengue y elementos con huevo poco cocido le hace reacción.

El caso es que hace unas semanas venimos apreciando de nuevo estos síntomas pero, sin encontrar el elemento que le está haciendo daño. Podíamos suponer que era uno u otro, pero realmente no somos conscientes de qué está tomando la niña que le tiene así. Por ello, quisimos acudir a un médico de pago ubicado en Cádiz especialista en alergias. Al llegar ya vimos que nos habíamos equivocado un poco, no había ese ambiente más acogedor, era una clínica privada atestada de gente. Nos citaron a las 16:15 y no nos llaman hasta las 17:10, una hora esperando. Al tomarnos los datos y preguntar lo que le sucedía a la niña, le dimos algunos elementos que podíamos creer que le pueden sentar mal, como la leche (que ahora es tomar biberón y echarlo), o el tomate frito de cartón que creíamos que también podía ser el causante.

Reiteradas veces, le decimos que la niña venía bien, pero algo de lo que había comido antes de ir le había sentado mal y presentaba los parches en la boca. Creo que lo más normal hubiera sido que al menos observara lo que le comentábamos pero en ningún momento se acerca a la niña. Tras realizarle las pruebas nos dice que la niña es alérgica a la clara del huevo y que al resto no le ha salido nada. Bien, pero le seguimos trasladando que hay algo que le debe sentar mal a lo que nos contesta de manera muy borde que eso es lo que hay y que no nos puede decir nada más que lo que ha salido. Insiste en que no solo no le demos huevo sino nada que lo contenga y le recalco que exactamente eso es lo que hacemos.

Hablar con ese señor era como hacerlo con una pared, la situación se volvió incómoda y parecía que nos trataba como a neuróticos que le estaban dando el coñazo. Ya solo queríamos salir de allí, aunque se ofreció a hacerle una analítica del huevo y llevarle el seguimiento. Está claro que desistimos de eso, es algo que ya lo tiene diagnosticado y controlado, y no íbamos buscando eso al acudir a la privada.

Así que palmamos 80 euros para salir de la consulta con aún más dudas, porque también al preguntarle como podíamos distinguir una intolerancia de una alergia nos dijo que el no estaba para eso, que a el le importaba la alergia que si es una enfermedad grave, que la intolerancia es una incomodidad y nada más.

Lo voy a decir porqué no, no recomiendo en absoluto la Clínica Lobatón de Cádiz y mucho menos a su Dr. Moreno que nos trató de manera tosca y maleducada.

Así que mi reflexión final es clara: No importa sanidad pública o privada, lo único que importa es dar con profesionales a la altura, que amen su trabajo y sepan ponerse en la piel del que acude a su consulta en busca de respuestas y soluciones a sus problemas.

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