Descubrimos la Anti Solidaridad entre Madres y Padres en la Escuela

El lunes tuvimos la primera sesión de tutoría con la maestra de nuestra pequeña y hemos descubierto la anti solidaridad que ha existido en nuestro caso entre las madres y padres del grupo. Todo empieza con una iniciativa del AMPA que consiste en vender bocadillos de tortilla cada martes y se hace en todos los cursos. Si me seguís de hace tiempo, sabréis que mi hija es alérgica al huevo y esta era una situación que nos preocupaba. Parecería normal no hacer esta iniciativa en el curso de mi hija pero al parecer no todo el mundo estaba de acuerdo. ¿Increíble verdad? Te lo cuento con calma a continuación.





Como os iba contando, la aparición del famoso bocadillo de tortilla nos hizo saltar todas las alarmas. Mi hija tiene claro que no puede comer tortilla ni huevo en general pero seamos consecuente, son niños de 3 años que desayunan en la misma clase y en la misma mesa. Nos preocupamos por el tema pero como tampoco quisimos perjudicar al resto, nos planteamos que mi hija no acudiera a la escuela ese día y aquí paz y después gloria. La profesora compartía nuestra preocupación y un día recibimos su llamada. Había hablado con el resto de sus compañeros, con la dirección del centro y finalmente había adoptado por cancelar esta actividad en su clase. Se lo agradecimos muchísimo y le trasladamos que si era un problema la idea de que mi hija no acudiera el día del bocadillo de tortilla a la escuela. Se negó en rotundo, más teniendo en cuenta que era una actividad que tenía el consentimiento del centro pero que venía desde la entidad del AMPA.

El caso es que tuvimos esa reunión en la que el objetivo principal era comentar como iban en el colegio los pequeños y la adaptación. Nos comenta que nos ha mandado a llamar de los primeros porque iba a hablar con todos pero que de nuestra hija solo podía decir cosas positivas. La adaptación había sido rápida, participativa, madura, un sinfín de calificativos que hacía que nos subiera el ego por la pequeña que tenemos en casa. Tras ello, vino el tema de la alergia al huevo y nos trasladó exactamente lo mismo que hizo semanas antes por teléfono. Ya nos habían mandado un papel con el protocolo de actuación para que lo revisara nuestra pediatra y nos pidió que le dejásemos una jeringuilla de adrenalina para que ella siempre la tuviera en clase (de normal mi hija la lleva siempre en la mochila). Con razón, nos comentó que estaba muy asustada con el tema y por eso decidió dejar fuera de los bocadillos a su clase, ya que no era algo necesario y que el mal rato que se podía vivir en la escuela si había algún accidente era totalmente evitable.

Mientras nos hablaba con calma del tema vino el detalle que más me hizo pensar en qué clase de personas puede haber en este mundo que prefieren que su hijo se coma un bocadillo de tortilla a la salud de una compañera. El caso es que al comentarlo al resto de madres, alguna iluminada soltó que había más gente con intolerancias, que sin ir más lejos otra de las niñas de la clase era celíaca. Esto imagino que sería un argumento en favor del día del bocadillo de tortilla y dejándonos a nosotros como de quejicas. Como los padres de la niña celíaca no se había quejado y el bocadillo también tiene pan, pues vaya como somos por quejarnos de la tortilla.

Tengo que decir que la respuesta de la profesora a aquel argumento fue de diez. Desde luego que si la niña celíaca tomara pan y le diera una indigestión sería molesto pero desde luego nada comparable con un shock anafiláctico como el que puede sufrir mi hija no solo si llega a comer algo con huevo, sino al tenerlo cerca o tener contacto con él. Porque sí, en casa si batimos un huevo para una tortilla y dejamos el tenedor cerca suya, le aparecen pupitas alrededor de la boca, fue uno de los síntomas que nos hizo sospechar de su alergia al huevo.

Así que salí de la reunión con esa sensación extraña. Con el pensar qué clase de persona y/o personas pueden llegar a cuestionar una alergia. Como se puede anteponer un mísero bocadillo de tortilla a la salud de nadie. Pero recordé una charla con una de las clientas de los apartamentos y el restaurante donde trabajo, cuyo hijo tiene varias intolerancias pero la más grave es la alergia al huevo. Ella me comentaba que había gente que no entendía el tema alergia y no le daban la importancia que realmente tenían estos temas. Yo flipé en este momento porque jamás me había topado con una situación en la que sintiera poca empatía por parte de otras personas ante un problema de salud como es la alergia. Ahora la entiendo y me doy cuenta de la razón que tenía.

Una alergia es un tema grave y delicado que debe ser tratado con la importancia que tiene. Aprovecho también para meter cuñita a la Seguridad Social, a la cual llevamos dos años esperando para el seguimiento de la alergia, pero eso ya es otro tema.

Comentarios

  1. Que te voy a contar!! Con un niño con Necesidades Especiales aprendes rápido que de solidaridad NADA!

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    1. No me quiero ni imaginar lo que deberéis pasar vosotros... Es flipante la sociedad que estamos creando...

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  2. Uf, es un tema complejo. Como dices, yo creo que es que no son conscientes de lo que es una alergia las personas que no la han vivido... A mí no se me hubiese ocurrido siquiera, ya que no conozco a nadie cercano con una alergia severa. Es posible que tampoco hubiese entendido qué tiene que ver que una niña tenga alergia, con que el resto de los niños coman tortilla. :S

    Pero claro, en un segundo pensamiento, algo he leído y sí que se que hay niños que solo con un mínimo contacto ya tienen síntomas graves... No sé. Pienso que se pueden hacer cosas diferentes ¿No? ¿Porqué no bocadillo de jamón? O existen sucedáneos que sí serían aptos ¿no? (Está claro, que cambiar para todos, obviamente). Tampoco me quedó del todo claro quien hacía los bocadillos, dónde, y si los niños los venden a otras personas o alguien los vende para los niños o qué XD Pero supongo es lo de menos.

    Pero bueno, que está claro que habéis sido vosotros más comprensivos, viendo la forma de que no tuviesen que cancelarlo, incluso ofreciendo que la niña no fuera ese día, que el resto viendo opciones más positivas para todos.

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    1. Pues es una iniciativa del AMPA, ellos venden los bocadillos, tienen un acuerdo con la cantina del instituto de al lado, y los padres pagan mensualmente 4 euros, de 4 bocadillos en el mes.

      Como bien dices el caso es ese, el desconocimiento lo es todo.

      Gracias por pasarte, leer y comentar!

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